HACED MORIR LO TERRENAL

“5. Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;”

Colosenses 3:5

Hay cosas que somos nosotros los que debemos hacerlas. Y esto lo entendemos así, pues hay quienes piensan que Dios es el que produce todos los cambios que en nosotros se necesiten efectuar. El apóstol Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, en este versículo nos enseña claramente que, debemos asumir la personal determinación de obedecer todos sus mandatos y preceptos, y el versículo de hoy, comienza diciéndonos: “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros”, o sea, es una orden directa, no es opcional, ni tampoco es una sugerencia, como para pensarla y ver que o como podemos hacerlo, nada de eso, la orden es “hazlo”, y sin titubear. Es posible que, en nuestra carnalidad, en nuestro apego a principios adquiridos a lo largo de nuestra vida, nos den posibles excusas para rehusar el obedecer lo que la Palabra nos enseña, pero, la orden del Señor es clara: hacer morir lo terrenal en nosotros.

Luego, el versículo nombra aquellas cosas que nos hacen daño en nuestra nueva vida que está apartada para Él, y que es imprescindible erradicar de nuestras vidas: “fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría”, todos conocemos estos pecados, y también sabemos que no deben estar en nosotros, pero, aunque nos sea difícil, debemos procurar, con todas nuestras fuerzas, el hacerlos morir en nosotros, de manera de vivir en santidad, y apartados de toda influencia del maligno, poniendo nuestra confianza en el Señor, quien tiene cuidado de nosotros.

Pr. Herman Gajardo P.