“21. Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús.
22. Pero ya conocéis los méritos de él, que como hijo a padre ha servido conmigo en el evangelio.”
Filipenses 2:21-22
En el versículo anterior a los que leemos hoy, el apóstol Pablo valora la actitud y disposición de Timoteo y decide enviarlo a Filipos para conocer en qué situación están los hermanos allí; Pablo requería a alguien de confianza y que mostrara amor por los hermanos, y Timoteo cumplía fielmente todos estos requisitos, en el versículo 21, leemos lo que Pablo escribe: “Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús”, dando a entender con esto que hay muchos, aún en las diferentes congregaciones, que solo buscan el beneficiarse, ya sea porque buscan sanidad de una enfermedad, solución a problemas financieros o familiares, ayuda personal de cualquier índole, o sea, “buscan lo suyo propio”, y no se dan a sí mismos por los demás.
Luego, en el versículo 22, leemos: “Pero ya conocéis los méritos de él, que como hijo a padre ha servido conmigo en el evangelio”, demostrando con esto que Timoteo era un excelente discípulo, no solo obediente y sometido al ministerio, sino también una persona íntegra que había entendido la esencia misma del amor fraternal, el cual fluía en él, y Pablo entrega su absoluta recomendación, considerando la lealtad y fidelidad mostrada por Timoteo. Dios permita que muchos Timoteos se levanten hoy en nuestras congregaciones, pues son indispensables para el avance de nuestro trabajo ministerial.
Pr. Herman Gajardo P.