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SACRIFICIO DE ALABANZA

  • Foto del escritor: Pr. Herman Gajardo Pastén
    Pr. Herman Gajardo Pastén
  • 30 may 2022
  • 2 Min. de lectura

“15. Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.”

Hebreos 13:15

El autor de la carta a los Hebreos, inspirado por el Espíritu Santo, nos enseña acerca de la importancia que debemos darle a nuestras demostraciones de amor y gratitud a nuestro Gran y Poderoso Dios, y así lo describe en el versículo que leemos hoy, donde nos dice: “ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza”, con lo cual entendemos que a través de Jesús, nuestro Mediador ante el Padre, debemos ofrecer siempre, o sea constantemente, no solo cuando nosotros hemos sido bendecidos por Él, o cuando necesitamos una respuesta a alguna situación adversa, o porque estamos en un Culto, no, no, pues a Dios no lo impresionamos con nuestras alabanzas, ni con nuestras voces, o con nuestros instrumentos, es porque somos nosotros los que necesitamos alabar y adorar a al Señor, pues la alabanza es de Él, le pertenece a Él, por lo cual no debe tener otro objetivo que solo bendecir el Nombre del Señor, y ser agradecidos.

Si el versículo dice “sacrificio de alabanza”, es porque se refiere a que la alabanza al Señor debe ser un sacrificio, un holocausto, una ofrenda, algo muy especial, por lo cual se le debe dar la importancia, el cuidado, y la excelencia que es el alabar a Dios, pues se trata de abrir nuestro corazón y derramarnos delante del Señor, rindiéndonos ante su Presencia y entregándonos a Él, lo cual es el “fruto de labios que confiesan su nombre”, como termina aclarando el versículo. Maravilloso Dios, tuya es la honra, la gloria, la alabanza, y la adoración.

Pr. Herman Gajardo P.

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