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SALVAR AL PERDIDO

  • Foto del escritor: Pr. Herman Gajardo Pastén
    Pr. Herman Gajardo Pastén
  • hace 5 días
  • 2 Min. de lectura

“11. Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.

12. ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se había descarriado?

13. Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquélla, que por las noventa y nueve que no se descarriaron.

14. Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.”

Mateo 18:11-14


El mensaje del evangelio, predicado por Jesús, es un referente para quienes hoy compartimos la Palabra de Dios, de manera que nosotros mismos seamos ejemplos en el énfasis de aclarar que Jesús no vino a condenar al mundo, esto por el hecho de que todos al estar lejos de Dios están inmersos en el pecado, y por ende no se dan cuenta que viven en oscuridad, por lo cual debemos dar a conocer las buenas nuevas que Jesús vino a buscar lo que se había perdido.


Jesús en su interés para que se entendiera el evangelio, utiliza como ejemplo a un hombre que,  teniendo cien ovejas y se le pierde una, deja a las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se había descarriado, y si la encuentra se alegra mucho más por la que se había perdido que por las noventa y nueve que no se descarriaron. Bien escribió el apóstol Pablo; “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).


Jesús al ver a las multitudes “tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor” (Mateo 9:36), con esto nos damos cuenta del inmenso amor de Jesús por los perdidos, y su interés en salvarnos de la muerte eterna, y ofrendó su propia vida en rescate de nosotros, con esto entendemos claramente que Dios no quiere que alguno se pierda, y “es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9). Jesús vino por ti… vuelve a casa…


Pr. Herman Gajardo P.


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