“19. Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo al saber de vuestro estado;
20. pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros.”
Filipenses 2:19-20
Es interesante notar, en estos versículos que leemos hoy, la esencia de la dependencia de Pablo con Dios, pues él nada hacía que no lo consultara primero con el Señor, considerando que en el inicio del versículo 19, dice: “Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo”, y esto, pues el hecho de querer enviar a Timoteo puede ser algo necesario o inherente al ministerio, pero Pablo nos hace ver que él “espera en el Señor” el hacer eso, dando a entender que él nada hacía si no era la voluntad de Dios, y esto es algo que cada uno de nosotros debemos siempre considerar. Luego, dice: “para que yo también esté de buen ánimo al saber de vuestro estado”, que hermoso, pues Pablo estaba encarcelado, no estaba en una situación de privilegio, pero a él le interesaba, o más bien, le importaba más el saber cómo se encontraban los hermanos de la Iglesia en Filipos.
Luego, en el versículo 20, leemos: “pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros”, dando a entender que, al igual que él, Timoteo sentía un profundo amor e interés por los creyentes de Filipos. Esto nos enseña que no basta con saber lo que tenemos que hacer, sino también amar a aquellos que tenemos que ministrar, e interesarnos por llegar a ellos con una palabra de ánimo o de exhortación.
Pr. Herman Gajardo P.
