DIOS CLEMENTE Y MISERICORDIOSO
- Pr. Herman Gajardo Pastén
- hace 2 días
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“7. No seáis como vuestros padres y como vuestros hermanos, que se rebelaron contra Jehová el Dios de sus padres, y él los entregó a desolación, como vosotros veis.
8. No endurezcáis, pues, ahora vuestra cerviz como vuestros padres; someteos a Jehová, y venid a su santuario, el cual él ha santificado para siempre; y servid a Jehová vuestro Dios, y el ardor de su ira se apartará de vosotros.
9. Porque si os volviereis a Jehová, vuestros hermanos y vuestros hijos hallarán misericordia delante de los que los tienen cautivos, y volverán a esta tierra; porque Jehová vuestro Dios es clemente y misericordioso, y no apartará de vosotros su rostro, si vosotros os volviereis a él.”
2 Crónicas 30:7-9
El rebelarse contra Dios trae graves consecuencias, que no sopesamos al momento de dejar de lado el obedecer a Dios en todo, el versículo 7 nos dice que no seamos como nuestros padres ni como nuestros hermanos que se rebelaron y la desolación vino sobre ellos... la desolación es un vacío en el alma provocado por una angustia, un dolor, o una gran tristeza... el quedar fuera de la protección divina es lo peor que podemos experimentar.
En el versículo 8, la escritura nos insta a someternos al Señor, a no endurecer nuestra cerviz, a no ser porfiados, a reconsiderar nuestras determinaciones, a venir a su altar santificado y volver a servirle, solo entonces Dios apartará su ira de nosotros, y volveremos a sentir su protección y misericordia. En el versículo 9 nos dice que si nos volvemos al Señor, nuestros hermanos y nuestros hijos hallarán misericordia, y podrán salir de su desolación.
Dios es clemente y misericordioso, y esas cualidades en Él no cambian, y se mantienen vigentes hoy, y en el versículo 9 leemos que Dios no apartará de nosotros su rostro, y no nos dejará solos, y no nos sentiremos abandonados, si es que nosotros nos volvemos a Él, si es que nosotros reconocemos que apartados de Dios nada nos sale bien, y que necesitamos su protección, su cuidado, y su misericordia.
Pr. Herman Gajardo P.

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