HARÉ CONTIGO MISERICORDIA
- Pr. Herman Gajardo Pastén
- hace 1 día
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“1. Dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán?
2. Y había un siervo de la casa de Saúl, que se llamaba Siba, al cual llamaron para que viniese a David. Y el rey le dijo: ¿Eres tú Siba? Y él respondió: Tu siervo.
3. El rey le dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: Aún ha quedado un hijo de Jonatán, lisiado de los pies.
4. Entonces el rey le preguntó: ¿Dónde está? Y Siba respondió al rey: He aquí, está en casa de Maquir hijo de Amiel, en Lodebar.
5. Entonces envió el rey David, y le trajo de la casa de Maquir hijo de Amiel, de Lodebar.
6. Y vino Mefi-boset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, y se postró sobre su rostro e hizo reverencia. Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo.
7. Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa.”
2 Samuel 9:1-7
Cuando David ya era rey y estaba gobernando, se acordó de Jonatán, el hijo del rey Saúl, el cual había sido su amigo mientras vivía, pero que había muerto con su padre en una batalla, y David quiso saber si había algún descendiente de Jonatán para hacerle misericordia y ayudarlo, y le dicen que en un pueblo llamado Lodebar vivía un hijo de Jonatán, que cuando pequeño se le había caído a su niñera y había quedado lisiado de los pies.
El significado de Lodebar es “no-palabra”, o sea un lugar donde la palabra de Dios no llegaba, era un lugar apartado, olvidado, que nadie visitaba, donde abundaba el dolor, la miseria, la tristeza, o sea no era un lugar para vivir. Y allí, vivía el hijo de Jonatán, que se llamaba Mefiboset, oculto para no ser muerto por los nuevos gobernantes del reino. La vida de Mefiboset era deprimente, pobre, infeliz, y mas encima lisiado de los pies.
Esta situación quedó escrita en la Biblia, pues tiene una razón específica para más de alguno de nosotros, que muchas veces nos sentimos abrumados, olvidados, tristes, que vivimos lejos de lo que sería bueno para nuestra pasar, tal vez nos avergüenza nuestra situación y vivimos escondidos de la mayoría, pues no queremos que nos vean en nuestras precarias condiciones de vida, y nos acostumbramos y aceptamos que así será el resto de nuestra existencia.
Pero un día, Mefiboset recibe una invitación del rey a visitar su palacio, lo encuentra extraño, y temeroso acude al palacio, y el rey le dice que por amor a su padre Jonatán, está dispuesto a restituirle sus propiedades y le ofrece un lugar en su mesa para siempre. Mefiboset le responde que porqué hace esto, si él es despreciable, como un perro muerto, pero el Rey David, al igual que Dios hace con nosotros hoy, nos invita a ser parte de su palacio, no importando nuestra condición, solo aceptando su gran misericordia, Dios nos invita a ocupar un lugar en su mesa para siempre.
Pr. Herman Gajardo P.

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